Cuando
analizamos la realidad educativa y sus problemas nos solemos olvidar con cierta
frecuencia que lo que parece lo mismo que antes ya no lo es. La inercia en la
interpretación de la realidad nos lleva a ver irremediablemente las cosas que
han cambiado como si no se hubiera producido tal cambio. En un época como la
actual, consecuencia de la revolución digital, no nos terminamos de enterar que
el cambio no ha sido gradual y que es imparable.
La
ruptura que se ha producido afecta a las nuevas generaciones del alumnado
convirtiéndolos en lo que se viene denominando nativos digitales. El contexto
de desarrollo de estos ha tenido que ver con la presencia de todos los
elementos tecnológicos que constituyen la base de la era digital. Hay datos que
corroboran perfectamente que son parte de su vida cotidiana.
¿Pero
qué supone todo ello en la manera de aprender de nuestros estudiantes? Lo
fundamental está relacionado con la manera de procesar la información. No tiene nada
que ver con la forma en que lo hacíamos las generaciones precedentes y es
importante tenerlo en cuenta a la hora de enseñar y diseñar los procesos
curriculares.
¿Es
un disparate pensar que se está produciendo una reestructuración del cerebro de
las generaciones actuales? Los estudios al respecto parecen decir lo contrario,
aunque todavía no dispongamos de todas las evidencias necesarias y suficientes
para afirmarlo de manera contundente. Pero, hay algo que si se puede adelantar
sin duda alguna: tienen una manera singular de procesar la información que los
hace diferentes.
Si bien en las instituciones educativas el desencuentro entre
el alumnado nativo digital y el profesorado reacio a los cambios tecnológicos es lo más grave, no deja de ser importante en el caso de los incorporados al uso de las TIC como inmigrantes digitales. La diferencia entre unos y otros es
obvia y la podemos observar en el uso de las tecnologías digitales, todo ello suficientemente abordado en muy diversos estudios de expertos acerca del comportamiento de esta nueva generación.
Los nativos digitales se caracterizan por lo lúdico, la dispersión aparente en tareas simultáneas, utilizan el hipertexto, son expertos en vivir conectados, etc. Por el contrario, el profesorado que ha optado por el uso de las TIC como recurso didáctico, en su condición de inmigrantes digitales se muestra en la interacción con estos medios con muchas menos habilidades que el alumnado. Además, algunos no terminan de ver con buenos ojos todo aquello que define el perfil de los nuevos estudiantes. En este sentido, determinadas prácticas como puede ser la multitarea lo consideran una perdida de tiempo en cuanto a la adquisición efectiva de los aprendizajes, e incluso como hiperactividad. O bien, el acento lúdico en determinadas acciones de sus alumnos y alumnas agota su paciencia. Podríamos señalar muchos detalles en este sentido, pero es suficiente con lo visto para resaltar el problema de fondo: cómo conciliar al profesorado inmigrante digital con el alumnado nativo digital. Ese es el dilema que tenemos que resolver.
Los nativos digitales se caracterizan por lo lúdico, la dispersión aparente en tareas simultáneas, utilizan el hipertexto, son expertos en vivir conectados, etc. Por el contrario, el profesorado que ha optado por el uso de las TIC como recurso didáctico, en su condición de inmigrantes digitales se muestra en la interacción con estos medios con muchas menos habilidades que el alumnado. Además, algunos no terminan de ver con buenos ojos todo aquello que define el perfil de los nuevos estudiantes. En este sentido, determinadas prácticas como puede ser la multitarea lo consideran una perdida de tiempo en cuanto a la adquisición efectiva de los aprendizajes, e incluso como hiperactividad. O bien, el acento lúdico en determinadas acciones de sus alumnos y alumnas agota su paciencia. Podríamos señalar muchos detalles en este sentido, pero es suficiente con lo visto para resaltar el problema de fondo: cómo conciliar al profesorado inmigrante digital con el alumnado nativo digital. Ese es el dilema que tenemos que resolver.
Las claves tienen que ver como señala Marc Prensky con el cambio de la metodología y el contenido. Respecto a lo primero señala
que “hay que comunicarse con la lengua y el estilo de los alumnos”, lo que no
quiere decir “cambiar el significado de lo que es importante, o de las
habilidades del buen pensamiento”. Es más bien, cambiar hacia una dinámica más
ágil, “procesar en paralelo y la multi-tarea”, “los gráficos antes que el
texto”, “el acceso aleatorio (como el
hipertexto)”, “los juegos al trabajo serio", “las recompensas
frecuentes”, “conectados permanentemente”, etc. Es decir, una metodología con
velocidad TIC.
En cuanto a los contenidos se trata sobre todo de saber
combinar los contenidos heredados con los nuevos lenguajes. Y eso asusta al
profesorado. ¿Cómo enseñar con juegos de ordenador cosas serias como los
idiomas, las matemáticas, la sociología, etc.? Como explica Prensky es más
difícil “aprender nuevas maneras de hacer las cosas viejas” que “aprender cosas
nuevas”. El problema principal está en
cómo se enseñen.
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